Gatos y unicornios. Los NTFs un nuevo mercado del arte
En los próximos días, Christies ofrecerá durante sus subastas la obra del artista digital Beeple. Desesperados por la crisis en el mercado de arte, pero, a su vez, bien asesorados, la casa de subastas comenzó a finales del año pasado a llevar a artistas digitales bajo el martillo. El paso no es en falso. La tecnología del Blockchain y la posibilidad de pagar por medio de la cripto-moneda, ha creado un nuevo mercado de arte que tiene una serie de características bastantes particulares y atractivas. La primera de ellas es el problema de la originalidad y reproducción.
El problema de la originalidad y reproducibilidad de la obra ha ocupado a la historia del arte y al comercio del mismo desde sus inicios. Una obra original tiene, como lo describe Benjamin, un aura. Una cualidad ontológica, que, gracias al capitalismo y sus poderes transformativos, la convierte en un objeto valioso, tanto cultural, como comercialmente.
Copiar es una forma de aprendizaje del que dependemos como especie humana. La reproducción una pintura, por ejemplo, contribuye con la circulación y recepción de la obra de arte. En el renacimiento, los grandes pintores tenían un grupo de grabadores que reproducían sus obras para hacerlas circular a un público más general; igual función de los vaciados en yeso de los monumentos culturales del siglo XIX. No sólo se puede copiar una obra de arte, también un estilo o una técnica.
En las últimas décadas, museos y colecciones descubren que poseen obras que nunca fueron hechas por la mano del artista, sino por la de un copista. La copia (forgery) ha creado los jugosos patrimonios de algunos marchantes de arte. Pero asegurar la originalidad de una obra de arte es un proceso que demanda muchos recursos. Por una parte, hay que iniciar una investigación histórica en archivos para descubrir la proveniencia, y por otra, es necesaria una investigación física del material, la que, en algunos casos requiere de análisis con aceleradores de partículas como el del Louvre.
Las obras de arte creadas en medios reproducibles, tales como la fotografía, la impresión, las esculturas vaciadas, el film y el video, el sonido, y en especial el arte digital, están en la encrucijada de este problema. Mientras existen protocolos para asegurar la univocidad de las series (de fotografía, de escultura, o impresión) a partir de certificados y legitimaciones añadiendo la firma de la mano del artista; no hay manera de asegurar que existe solo y exclusivamente el número exacto de las series. Solamente la ética del artista y de la galería entran como garantes.
Por eso no es extraño que aparezcan esculturas de grandes nombres como Dalí, postmortem. Esculturas horribles que son más adecuadas para un shopping center mafioso que para un museo. Hay que anotar, que durante muchas décadas, no había un interés por parte de los artistas y los fotógrafos de establecer un número de serie restringido, y que con el advenimiento del mercado de arte, la lógica de la serie ha sido establecida, al mismo tiempo que bandidos aprovechan los moldes y las placas de impresión para inundar el mundo de obras con una supuesta originalidad.
El Blockchain ofrece una solución al problema garantizando que existe una univocidad de la obra así como un determinado número de series. La obra de arte viene a ser criptográficamente registrada como un NTF, non fungible tokens, y enlazada con un sistema de pago en cripto moneda que le permite distribuirse dentro del Blockchain. De esta manera, el arte digital, por decir, una obra de arte creada solo con herramientas digitales cuya naturaleza reproducible es 1:1 -la cero diferencia entre el original y la copia- puede ser registrada como única, y así comercializada en las bolsas de mercados digitales (marketplaces) para NTFS.
Con el lanzamiento de los Cryptopunks en junio del 2017 se inició un nuevo pseudo mercado de arte que comienza a originar millones en la medida que la forma de pago incrementa su valor exponencialmente. Existen varias plataformas para arte NTFs, entre ellas Superare, Nifties gateways las que compiten unas con otras a través de los lanzamientos constantes de las nuevas obras de los artistas digitales.
Pero no sólo se trata de la univocidad y originalidad de la obra, ya que el Blockchain permite registrar todas las transacciones con el NTF, es posible ver el destino que tiene cada pieza. A su vez, se puede instalar un sistema de retribución para el creador original, por los que él o ella recibe porcentajes sobre el incremento del valor de su obra durante las transacciones a futuro.
En el momento, la mayoría de las obras que circulan son creadas por diseñadores, animadores, y creadores de video juegos. Gifs de gatos íconos en la cultura del internet, como el Nyan Cat alcanzan precios de medio millón de dolares. Otros memes que circulaban desde hace décadas sin tener propietario, ahora reclaman una autoría y un costo para su posesión.
Críticos de este nuevo mercado de NFTs (o Nifties, como los ha bautizado la plataforma de venta), anuncian el carácter burbuja del mercado, pues los artistas digitales sin pertenecer a los circuitos clásicos de la distribución y consumo de arte (galerías, colecciones privadas, colecciones institucionales, e.t.c.) logran precios superiores a los de un Wade Guyton o Sean Scully. Paradójicamente, la crítica al mercado de arte NTFs, revela lo que todos sabemos, pero que pocos afirman públicamente, que el juicio estético y el canon de la historia del arte se ha construido por la manipulación constante en el incremento del precio de las obras, la avaricia y los deseos especulativos de sus actores, ( a saber, galeristas, curadores, artistas) y del marketing del artista.
No hay duda que en las próximas semanas, el mundo de los Nifties tendrá la participación de un Damien Hirst, Jeff Koons, o cualquier otro blue chip artista que esté buscando no perder del dinero que circula en el nuevo mercado. Esta apertura es parte de la esencia del mercado de los NTF. Los defensores, y he aquí otra cualidad del mercado de arte NTFs argumentan que éste funciona a partir de la democracia y de la participación abierta originada por su descentralización. Las plataformas de mercado NTFs funcionan sin la mediación de una galería. Las plataformas que por ahora existen registran a los artistas directamente y les dan acceso a la venta su obra después de un proceso de presentación que incluye un video y links con la página de internet y de social media.
Sin embargo es necesario poner en duda esta cualidad del mercado de arte NTFs. La regla del capitalismo que implica que la participación en cualquier mercado tiene costos es aquí evidente, y si bien puede cualquiera desde su casa acceder al mercado, el acceso es altísimo, y en muchos casos será imposible para los artistas que habitan en países de economías en vías de desarrollo. Pues la condición de participación está dada en tener una Wallet con la cripto moneda para realizar las transacciones. En la medida que las cripto monedas alcanzan precios inflacionarios, será cada vez más difícil para un artista comprar alguna porción de ellas con la moneda devaluada de su propia economía. Otro problema radica en las exigencias técnicas, como una buena conexión de Internet, seguridad contra phishing, y un buen hardware. Necesitamos una infraestructura que garantice que los logros avanzados en la participación, recepción, circulación de arte de otras regiones del mundo no sea detenido por nuevos problemas para el acceso a un mercado.
Por otro lado es posible que muy temprano exista una sobresaturación en el mercado, (sobresaturación de sólo las regiones del mundo industrial desarrollado) y que el balance entre compradores y artistas quede fuera de equilibrio, como sucede hoy en día en el mercado de arte contemporáneo. De esa manera se incrementa el riesgo que la estrategia de la especulación y la creación de precios inflados también se aplique dentro del mercado NTFs, creando transacciones de compra y venta con el fin de incrementar el valor de una pieza artificialmente. Aquí las transacciones pueden ser ficticias, no porque el dinero no se deposite de una cuenta a otra, sino porque el vendedor y comprador pueden ser la misma persona con diferentes Wallets. Ya sabemos que el incremento inflado y especulativo del valor de una obra de arte afecta al juicio estético. Más en el mundo digital, al incrementar el valor la pieza ésta sube al ranking de lo más vendido, haciendo que el artista también mejore sus posiciones en el escalón, y en consecuencia, siendo más visible que los demás artistas. Sin duda, de esa manera los especuladores profesionales del arte van a participar en el mercado NTFs, que por cierto, aparece en el momento más propicio, porque en él es posible continuar con las prácticas de lavados de activos y evasión fiscal que comienzan a ser controladas en el mercado de arte “clásico”, y que han obligado a las galerías y a los comerciantes de arte a ajustarse a nuevas directivas de control fiscal y bancario. Vale la pena preguntarse, si el incremento de las transacciones en el mercado NTFs son consecuencia de estas restricciones.
Es necesario resaltar que es urgente incrementar la participación en el mercado de arte NTFs con otras formas y aproximaciones que estén más allá del gato y del unicornio. En este momento pocos ejercen la función de Gatekeepers (exceptuando las plataformas de intercambio de NTFs). Falta participar en ellas con contenidos de otro tipo, por ejemplo, reflexiones sobre la crisis ambiental, y las soluciones (en parte otorgadas por las epistemologías de los pueblos indígenas). Si estas prácticas comienzan a circular y pueden además originar una retribución dentro del tejido social que no tiene ingreso al mundo digital. En el pasado, personalmente, hemos tenido experiencias muy positivas con los artistas que trabajan de manera colectiva, dividiendo también los ingresos por la venta de su obra con los otros miembros que trabajan en ella.
Jorge Sanguino
Con agradecimientos a Edgar Gomez Daza por la corrección del texto.