Acto funerario a Jiménez de Quesada

@esferapublica
10 min readJun 22, 2021

--

El pasado 20 de junio tuvo lugar un acto funerario a Jiménez de Quesada que sirvió como cierre a una caminata sagrada organizada por la Comunidad Muisqa de Ráquira, Comunidad Muisqa de Oriente de Cundinamarca, Guardia Muisqa, Consejo de Mayoras y Mayores de la Caminata Sagrada, Mujeres Sahumadoras, Cátedra de Memoria Mhuysqa, músicos, cantantes, danzantes, caminantes.

El ‘funeral’ muisca de la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada

Por Olga Lucía Martínez Ante*

Esta semana los muiscas hicieron el funeral de Gonzalo Jiménez Quesada. Cuando el gobernador de Oriente Buntkua Yari Maku y su pueblo, -que significa padres de la luz y de la oscuridad, seres que se unieron para crear el día y la noche, y el equilibrio-, se enteraron de que sus hermanos de la comunidad misak habían derribado la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada, pidieron todos los videos para ver cómo había sido su caída.

“Necesitábamos ver los detalles y hacer énfasis en ellos –dice el gobernador-. La estatua cayó dando un giro, que representa el espiral del tiempo, y de frente contra la tierra. Ese giro sucede cuando se cierra un ciclo. Su frente sobre la tierra significa que estaba pidiendo perdón”.

La estatua fue derribada el pasado 7 de mayo. Ese día, la comunidad Misak tumbó el monumento que estaba en la Plazoleta del Rosario, de Bogotá. No fue su primera acción de reivindicación histórica. El 28 de abril derribaron en Cali, la estatua de Sebastián de Belalcázar y en septiembre del año pasado otra del mismo personaje en Popayán.

El gobernador muisca dice que, más allá de las acciones de los misak, el espíritu de Jiménez de Quesada los estaba invocando. Desde el 2015, su pueblo realiza la caminata sagrada Baq-ata Biqacha, y el espíritu de Gonzalo Jiménez de Quesada les decía que estaba esperando su perdón. Era tan insistente el pedido que, desde el año pasado, sin saber que la estatua iba a ser derribada, empezaron a trabajar en este perdón. Gonzalo Jiménez de Quesada, en la conquista de las tierras de lo que hoy es la sabana de Bogotá, se enfrentó con los muiscas y torturó y mató a su cacique.

El pasado domingo 20 de junio realizaron el ‘mortuorio’ con su estatua. La sacaron del IDPC (Instituto Distrital de Patrimonio Cultural). Fue un conjunto de rituales por distintos lugares de Bogotá que terminaron con el ascenso de espíritu del conquistador. Un camino que los llevó por las localidades de La Candelaria, Santafé y Mártires, donde hay espacios considerados sagrados por su comunidad. Estuvieron acompañados de otros grupos originarios y de personas que quisieron participar de este momento.

“Hay iglesias y lugares que están alineados con puntos sagrados del territorio muisca”, agrega Buntkua Yari Maku, que pertenece a un linaje espiritual de su comunidad y cuenta que estas investigaciones están en la Cátedra de la Memoria Muisca.

Para la comunidad, Gonzalo Jiménez de Quesada no fue el ‘fundador’ de Bogotá: “Él instauró una ciudad de una colonia europea sobre tierras nativas en un lugar que es el útero del mundo”, sigue.

“La Sierra Nevada es el corazón del mundo, nosotros los muiscas estamos en el útero de la madre tierra, en el páramo más grande del planeta. Es el lugar donde la madre tierra exhala el aliento de vida: el aliento uterino”.

En las crónicas de la conquista narran que los frailes que llegaron con Jiménez de Quesada vieron la espiritualidad de los indígenas, personas que no sabían ni robar ni mentir. Y por eso, sostiene el gobernador Buntkua Yari Maku, la genética del conquistador hizo tanto daño. “No solo su parte física. Su respiración contaminó como un covid el territorio muisca. La madre tierra no pudo volver a parir, se perdió la biodiversidad, la cultura del pensamiento, las semillas y saberes. Ellos venían por el oro, que es el óvulo de la madre tierra y que para nosotros es sagrado, por eso, se ponía en tinajas que eran llevadas a las lagunas, para que prevaleciera la vida natural”.

Para curar la tierra, organizaron el morturio y luego de una consulta espiritual escogieron los lugares por donde debían pasar. Al Instituto Distrital de Patrimonio, donde estaba guardada la estatua caída, se la solicitaron en préstamo para poder despedir un espíritu que buscaba su redención.

“Hubo un novenario anticipado y el 20 de junio llegamos al río Bicachá (San Francisco). Con los bastones de mando golpeamos las piedras del río para que el espíritu emergiera y que el agua gobernara”.

Agua, además, fue lo que llevaron por todos los lugares.” Agua helada de distintas fuentes, para calmar dolores y rabias, para sanar y limpiar, para bajar la calentura”.

De allí pasaron a la iglesia de Las Aguas y no se les permitió entrar. Sin ningún tipo de conflicto, en las afueras hicieron un canto y una danza por la paz universal.

El paso siguiente fue la estatua de Policarpa Salavarrieta, donde sanaron su muerte y las de todas las mujeres madres y líderes que han sido asesinadas por la violencia en los últimos 500 años. Y en el Eje ambiental, Héctor Buitrago, de Aterciopelados, hizo un canto al agua, un homenaje a las fuentes como lagunas, cascadas y ríos, entre otros.

“El agua es medicina, es tranquilidad”. El homenaje en este lugar también incluyó la chicha para el río Bicachá, que con los ríos Chiiguatchi (San Agustín) y Futcha “van al río Bogotá, de ahí al Magdalena y luego al mar, para sanar a todo el planeta”.

En el parque de los Periodistas, también en el centro de la ciudad, junto a una estatua de Simón Bolívar, “reconocimos dos aspectos: sanamos y morturiamos a los comunicadores que han sido asesinados en su oficio de contar la verdad. Y en Bolívar, al espíritu masculino que buscando la libertad resultó haciendo una guerra. Sanamos su memoria y todas las de lo masculino que ha sido violentas o violentadas”.

La iglesia de San Francisco fue la siguiente parada. “Alineada con las lagunas de Siecha, cada una representa un reino: animal, vegetal y mineral. El pueblo muisca se ha encargado de cuidarlas para que haya abundancia”.

Buntkua Yari Maku agrega que hay una relación entre esta iglesia y las lagunas y la naturaleza en general, pues san Francisco hablaba con los animales, los defendía, y ellos también han sido abusados, su sangre se ha derramado”.

El siguiente mortuorio fue en el punto donde mataron a Jorge Eliecer Gaitán, en la carrera 7 con calle 13, “donde sanamos su muerte y recogimos su alma y las de los líderes asesinados, de los jóvenes de la primera línea que han muerto, de los que decidieron salir de la guerra y unirse a la paz y los han matado. Las llevamos a bailar y cantar con nosotros”.

Aún faltaba camino para llegar al mortuorio de “Gojique”, como renombraron los abuelos muiscas de Ráquira a Gonzalo Jiménez de Quesada. En la ruta marcada, siguió la plazoleta de San Victorino, donde se libró en 1813 la batalla de San Victorino o de Bogotá, entre federalistas y centralistas, ganada por estos últimos.

“Se perdió mucha sangre en esa guerra y allí se sigue librando la fuerte guerra del capitalismo, de la plata y el comercio”, dice.

En la Plaza de los Mártires recogieron los espíritus de los muertos que han dejado tantas guerras, pues allí, además, mataron a varios de los héroes que lucharon por la independencia, como José María Carbonell, Mercedes Abrego y Jorge Tadeo Lozano, entre otros.

“En el Voto Nacional renovamos el voto por la conciencia. Declaramos la independencia y la de todos los seres. Hemos vuelto al gobierno mayor, de la madre abundancia, de la paz, al autogobierno que asegura paz, que es equitativo, incorrupto. El gobierno de la madre tierra da comida, bienestar. Muchos gobiernos humanos van en contra del bienestar”.

Y en el parque Tercer Milenio ofrendaron plantas de coca, tabaco y otras medicinales, para sanar la combinación que se hace de hierbas con química y que generan tanto daño.

En el lugar donde estaba la iglesia de Santa Inés se sanaron los espíritus de las niñas y en la de San Juan de Dios, conectada con Chingaza, “la heredad genética. Oramos por los enfermos y sanadores”.

Hubo más sanaciones: en la Iglesia de la Veracruz, en la plaza Santander, donde estaba la iglesia del Humilladero, lugar donde los indígenas eran convertidos al catolicismo; en la calle donde están las ventas de esmeraldas, hasta llegar al lugar del mortuorio de “Gojique” (Gonzalo Jiménez de Quesada).

La última estación fue en la Alcaldía de La Candelaria, donde estaba guardada la estatua de “Gojique” y la de Dylan Cruz, que brevemente reemplazó a la de Jiménez de Quesada en la Plazoleta del Rosario. Ese día, la Alcaldía de La Candelaria había organizado una feria con desmovilizados y exguerrilleros, que se unieron al ritual y pidieron perdón.

La limpieza de Jiménez de Quesada se llama recogida del yona. “Le limpiamos los ojos, la nariz, la boca, para ver la verdad del mundo, para que exhale paz, amor, verdad, para que no sigamos exhalando a Gojique, y para que la palabra sea verdad, dulzura, respectivamente”.

También, las abuelas muiscas y las sahumadoras le limpiaron el rostro, la garganta, el corazón, los genitales, las manos y los pies. Le pusieron chicha y pétalos de flores por todo el cuerpo. Lo ungieron con aceites. “Lo lloramos lo liberamos y le dijimos que ya se podía ir tranquilo”.

De paso, dice, nos liberaron a todos, incluido al territorio y la nación muisca, “hasta a los políticos. Es hora de hacer una sociedad equitativa, de paz, amor y reconciliación, sin armas, sin guerras. Por eso es importante que hayamos hecho el camino en la forma de la constelación del zorro (Foo), que nos dio una metodología social para asegurar bienestar y buen vivir, en armonía con la naturaleza”.

Cumplieron, como cuenta, la orden del río Bicachá: “Volver a la luz en medio de la oscuridad”.

“Gojique” es libre. Su espíritu pidió perdón. Su espíritu fue perdonado. Ahora queda pendiente su entierro.

*publicado en El Tiempo

Caminata Sagrada BAQ-ATA BIQACHA

Por Cátedra de Memoria Mhuysqa

Desde el centro del centro del territorio Muisca, ombligo y útero de la Madre Tierra, emerge un llamado hacia las nueve direcciones: se convoca a todas las autoridades y líderes espirituales de todos los pueblos, se hace un llamado de caracola a todo ser viviente caminante y guardián de la vida, para que, unidas todas las almas, dancemos juntas este 20 de junio 2021 en un solo propósito.

La Caminata Sagrada tiene el propósito de recordar, limpiar y transformar la Memoria de violencia y muerte que se escribió en el territorio ancestral Muisca, antes y después de la ocupación hasta hoy. Siendo la caminata una herramienta para así sanar y ordenar el pasado, caminando hacia el acuerdo con el territorio que nos permita recordar que somos gente gente que cuida el agua, que cuida la vida.

En este Solsticio caminamos mortuoriando a Gonzalo Jiménez de Quezada, Bgyé Saia Iecho (el buen camino de la muerte), para despedir esta alma que en pena se convirtió en monumento hierático, un arquetipo que habita ahora también en nosotros y fue semilla de un sistema de pensamiento que desordenó el territorio, que ahora cae, solicitando, con su frente sobre la tierra perdón y liberación.

Por ello el pueblo Muisca camina, para sanar esta memoria y limpiar el desorden que su simiente produjo, entendiendo que con su caída ha caído este sistema de pensamiento. Hacer mortuoria es “limpiar al muerto”, es decir saldar la deuda material y espiritual que dejó, sanar la historia o memoria de todo y a todos los que afectó. Caminamos para saldar la deuda y asegurar la no repetición de esta historia.

Caminamos hacia el retorno de la conciencia. Caminamos para sembrar en el territorio, bajo la protección y la fuerza del sonido, un nuevo comienzo. Con el poder del símbolo de Vida del ATA (número 1) del Calendario MUISCA, siendo ATA el inicio, el amanecer, caminando para recordar que es tiempo de la UNIDAD, LA COMÚN UNIDAD, LA NUEVA GENTE .

Celebramos en este solsticio, en este ATA BIQACHA,(Bicacha) el retorno de la luz –Guaya Chie (madre agua)-, siguiendo como principio de ordenanza territorial el curso de las aguas de este río. ¡BIQACHA! que bajo su nombre nos recuerda el resplandecer en la noche, el lugar donde se equilibra la fuerza masculina y la fuerza femenina, trayendo la importancia de la integración y dar lugar a cada una.

Caminamos con el acompañamiento celeste de la Constelación de la Zorra: FOO, en medio de las Constelaciones del Triángulo de Verano. Su venida nos lleva de regreso a los usos y costumbres propios de nuestro pueblo. Al principio de los tiempos, Foo nos sacó de la cueva y nos entregó la metodología del biohoty, la minga y el festejo. Hoy nos saca de la oscuridad de este sistema de pensamiento imperante y nos lleva de regreso a la vida en abundancia que nos entrega la Madre Tierra.

La sangre derramada y el dolor de este parto que tardó varios siglos, ha de ser recogida y ofrendada espiritualmente como es nuestra tradición. El sacrificio de este dar a luz no ha sido en vano.

La deuda será cancelada, la sombra recogida, la mugre y el desorden retirado y llevado al sitio que le corresponde. Este acto de Reparación contribuye a la sanación, reconciliación y no repetición de las históricas violencias.

Memoria de la caminata sagrada

Con esta celebración se abre el camino de canto y danza a la siembra en el territorio Madre planeta y en la mente-corazón de todo ser. De este nacimiento surge un grito de libertad, fuerza y esperanza, del florecer en Paz y Vida como acto de Amor que empuje, cuide, fortalezca y armonice el vínculo que tenemos todas y todos con todo en esta casa común, amadísima Madre Tierra que somos…

Ya la noche ha caído, es tiempo de despertar y la luz que se vislumbra al amanecer es la guía. Somos libres de caminar nuevamente a la ley de origen, todo para cuidar.

Palabra propia de gobierno mayor

Comunicado completo aquí

--

--

@esferapublica
@esferapublica

Written by @esferapublica

Textos, videos y noticias que circulan por la red y tienen relación con los debates de esferapública

No responses yet